En el período 2009-2011, los muertos en el tránsito disminuyeron un 8 %. Es una muy buena noticia, ya que significan 650 vidas preservadas, mucho dolor y pérdidas, humanas y materiales, evitados. No obstante es un porcentaje pequeño y no debemos cesar en hacer esfuerzos para lograr salvarlos a todos. La Agencia Nacional de Seguridad Vial comenzó a implementar diversas medidas en la dirección correcta, entre las que se destacan:
- Procurar una mayor y más responsable fiscalización del cumplimiento de la ley en temas claves: exceso de velocidad, alcoholemia, uso de cascos y de cinturones de seguridad.
- La promoción de la licencia nacional de conducir , a otorgarse previa formación de los conductores.
- El tratamiento legislativo que lleve a la incorporación de los delitos contra la seguridad vial
- Se duplicó el uso de los celulares por parte de los conductores, y se triplicó por parte de los peatones, desde 2007 al 2011, según estudios de Luchemos por la Vida.
- Se multiplican los muertos en motocicleta o ciclomotor en todo el país, en muchos casos por no usar el casco, lo que pese a su obligatoriedad, no se controla ni sanciona en la mayoría de las ciudades y pueblos del interior, ni en los alrededores de Buenos Aires.
- Trágicos siniestros ferroviarios, con decenas de muertos, desnudan las falencias y postración de un sistema de transporte que debería ser el más rápido y seguro.