Una maestra difícil de igualar
Fue declarada Maestra Ilustre de la Argentina, por el Ministerio de Educación de la Nación.
Trabaja en la escuela Nº 578 de la localidad de El Albardón, ubicada en la zona de bañados del departamento Mitre, por lo que llega a caballo o en bote.
Publicado el 04/12/2011 - Karina Guzmán fue en septiembre de este año noticia nacional, al ser distinguida por el Ministerio de Educación de la Nación como Maestra Ilustre de la Argentina, en mérito a su sacrificada labor docente en la escuelita Nº 578 de la localidad de El Albardón, ubicada en la zona de bañados del departamento Mitre.
El titular de la cartera nacional, Alberto Sileoni, fue el encargado de entregarle personalmente el reconocimiento en una ceremonia realizada en la provincia de San Juan, tierra natal de otro gran maestro, Domingo Faustino Sarmiento.
Esta mujer, madre de familia y oriunda de Sumampa, departamento Quebrachos, trabaja desde hace 24 años en uno de los sitios más inhóspitos del territorio santiagueño, donde con mucho orgullo remarca que pese a las permanentes inundaciones que castigan la zona, “nunca dejó de dar clases a sus niños”.
El día que recibió el premio como Maestra Ilustre de la Argentina, la señorita Karina Guzmán lo dedicó especialmente a su familia, que le ayudó a sobreponerse en los momentos más difíciles, y así llenar de orgullo a la docencia santiagueña y a todos sus provincianos.
El titular de la cartera nacional, Alberto Sileoni, fue el encargado de entregarle personalmente el reconocimiento en una ceremonia realizada en la provincia de San Juan, tierra natal de otro gran maestro, Domingo Faustino Sarmiento.
Esta mujer, madre de familia y oriunda de Sumampa, departamento Quebrachos, trabaja desde hace 24 años en uno de los sitios más inhóspitos del territorio santiagueño, donde con mucho orgullo remarca que pese a las permanentes inundaciones que castigan la zona, “nunca dejó de dar clases a sus niños”.
El día que recibió el premio como Maestra Ilustre de la Argentina, la señorita Karina Guzmán lo dedicó especialmente a su familia, que le ayudó a sobreponerse en los momentos más difíciles, y así llenar de orgullo a la docencia santiagueña y a todos sus provincianos.
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