Eliseo Diego.
Aprendí con mi hijo de diez años que la poesía es el descubrimiento de las cosas que no vi nunca.
Oswald de Andrade.
Antecedida y apoyada en experiencias de Viena, Medellín, Tabasco yLa Habana, nacela Escuelade Poesía que se realizará en el marco del Festival de Poesía de Buenos Aires, que este año celebra su séptima versión, del 24 al 29 de abril.
El propósito dela Escuelaes indagar la experiencia poética desde diferentes ópticas para intentar responder algunas preguntas engañosamente simples: ¿qué es la poesía? ¿Qué hacer con un libro de poemas? ¿De dónde surge un poema? ¿Para qué sirve la poesía? ¿Qué nos hace el poema?
A través de actividades académicas no formales realizadas por algunos de los escritores que nos visitan, mostraremos las posibilidades creativas de la palabra, estimulando la reflexión alrededor de los interrogantes arriba planteados, para que la puerta de acceso a la poesía, que para muchos permanece cerrada, se abra generosa. Es casi un lugar común creer que sólo pueden acceder los elegidos, esos “muy estudiados”.
¿Y si la poesía estuviera en todas partes, esperando la atención de cualquiera para ser develada?
Olmedo Herrera, un niño mexicano de 10 años escribió: “la poesía es algo aburridor y sólo lo aprenden los poetas”. Alguien también dijo que la poesía son palabras raras que se escriben para abajo. Muchos en su vida cotidiana eluden abordar un libro de poemas, porque la poesía exige y puede incomodar al desnudar tantas cosas. Resulta para tantos conveniente tomar distancia de lo que quiere abrir sus ojos. Pero para esos que trabajan en las bibliotecas, para los maestros, los que quieren dar de leer a los otros, para el papá que se sienta en las noches a leerle a su hijo mientras entra al sueño, para aquel que quiera escuchar la música del mundo en el caracol donde resuena, que es el poema -según Octavio Paz-, para ellos y todos, ofrecemos esta primera Escuela de Poesía que pretende descubrir matices de la enorme potencia de lo poético.
Queremos, ayudados por ustedes, contar el poder de las palabras, su riqueza cotidiana, hablar de la contemplación, el pensamiento y los sueños. De tantas cosas de nuestro ser, hermosas y crueles y canallas, que también la poesía alumbra, para no olvidar y revelar su condición, en su justa y precisa medida o fértil desmesura. La poesía nos ayuda a vernos, a ver.
Programación de La Escuela de Poesía
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