Se cumplen 30 años del regreso de la democracia en Argentina
6:17 Hs |
Raúl Alfonsín asumía como presidente el 10 de diciembre de 1983 bajo la
consigna: "Con la democracia se come, se educa y se cura". Se abría así
una nueva etapa en la historia argentina tras la dictadura más cruenta
que vivió el país.
El 30 de octubre de ese mismo año, Alfonsín se había impuesto en las elecciones presidenciales con el 51,75 por ciento de los votos sobre el justicialista Italo Luder, quien obtuvo el 40,16.
En las plazas de todo el país la gente se concentraba esperanzada y se unificaba en cánticos coreados especialmente por los jóvenes. Uno de ellos era: "Se acabó la dictadura la reputa madre que los reparió". No era una consigna política elaborada, por supuesto, sino un estallido que liberaba a las multitudes de broncas, angustias y miedos por los años de sombras y muertes.
Se cerraba así no sólo la etapa de la dictadura cívico militar más cruenta de la historia argentina, sino el largo ciclo de golpes de Estado que comenzó en 1930 con el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen. Fue el triunfo definitivo de la institucionalidad democrática, que a pesar de las sombras y acechanzas, inauguró una etapa inédita en la política del país: la continuidad de los gobiernos elegidos por el voto popular sin las interrupciones impuestas por las dictaduras militares.
La democracia no fue un fruto caído del cielo, sino el resultado de un largo proceso de resistencia al terrorismo de Estado que adquirió variadas formas en lo político, en lo social y en la lucha por los derechos humanos que erosionaron a la dictadura hasta el ocaso definitivo que le provocó la derrota en la guerra de las Malvinas.
Alfonsín sintetizó el anhelo democrático de las mayorías y cumplió con el juzgamiento a los miembros de la Junta Militar, pero no pudo avanzar en otras tareas que forman parte de la democracia como la inclusión social y la desarticulación del modelo neoliberal implantado por la dictadura.
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