lunes, 27 de agosto de 2012

Nacimiento de Julio Corázar


 

 
 
 

 

 

 

 

 


Julio Cortázar comenzó su peculiar universo literario entre un realismo atronador y descarnado y el existencialismo más tópico. Sin embargo, con el trascurso de los años, la fantasía y la magia entrarían a formar parte de su escritura, participando, casi creando, la corriente literaria conocida como realismo fantástico. Su orientación intelectual lo llevó a identificarse con el irracionalismo, el movimiento que se oponía al positivismo reinante a fines del Siglo XIX. Gran parte de su obra constituye un retrato, en clave surrealista, del mundo exterior, al que considera como un laberinto fantasmal del que el ser humano ha de intentar escapar.
Sus obras en general muestran la vida que él tuvo, sus ideas y sus lugares preferidos, como París y Buenos Aires. Cortázar se negó siempre a dar explicaciones al lector. Muchos de sus cuentos tienen su origen en elementos oníricos, en sus sueños y pesadillas y, de alguna forma, sus relatos también le significaron autoterapias a ciertos síntomas neuróticos. Se consideraba un escritor aficionado, a pesar de su amplio repertorio; esto en parte porque siempre sintió que la escritura y la literatura eran sólo uno de los momentos de su vida, pues dedicaba mayor tiempo a la música, sin duda, una de sus más grandes pasiones. Declarándose músico frustrado al que no se le dio el don para la práctica musical, dedicó toda su vida a lo único que decía hacer bien: a escribir. Sin embargo, para él la escritura era una operación musical, "...la noción del ritmo y de la eufonía", pero por mucho tiempo se negó a publicar poesía pues le era una actividad un poco vergonzante.




 





 

 

 

 













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