Julio Cortázar experiencia con niños de 6° y 7° grado
Historia verídica’
“A un señor se le caen al suelo los anteojos, que hacen un ruido
terrible al chocar con las baldosas. El señor se agacha afligidísimo
porque los cristales de anteojos cuestan muy caros, pero descubre con
asombro que por milagro no se le han roto. Ahora este señor se siente
profundamente agradecido, y comprende que lo ocurrido vale por una
advertencia amistosa, de modo que se encamina a una casa de óptica y
adquiere en seguida un estuche de cuero almohadillado doble protección, a
fin de curarse en salud. Una hora más tarde se le cae el estuche, y al
agacharse sin mayor inquietud descubre que los anteojos se han hecho
polvo. A este señor le lleva un rato comprender que los designios de la
Providencia son inescrutables, y que en realidad el milagro ha ocurrido
ahora”.
Instrucciones para dar cuerda a un reloj’
“Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj
con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela
suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas,
las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de
sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de
una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo
pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El
miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue
olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre
de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y
llegamos antes y comprendemos que ya no importa”.
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